El verano es sinónimo de sol, relajación y vitalidad, todo ello esencial para una sensación de bienestar y, por tanto, para la salud. ¿Y si esto continuase después de la vuelta de vacaciones? He aquí 6 consejos prácticos para incorporar a tu vida diaria y prolongar esas sensaciones.
1. Crea oportunidades para salir de tu rutina
Organiza cenas de picoteo (sanas y sabrosas) entre semana, picnics en la terraza o el jardín (en el salón de tu casa también es divertido), improvisa una tarde de cine… Deja volar tu imaginación y la de los que te rodean (¡tus hijos son una fuente excelente!).
2. Planifica salidas y eventos
Ya sea entre semana, durante el fin de semana o en tus próximas vacaciones. Planificar con antelación y anticiparse a los buenos momentos es estimulante y bueno para la moral. Elige lugares que te recarguen las pilas, preferiblemente en contacto con la naturaleza. Si están lejos de ti, si no tienes tiempo o dinero, trae el ambiente de estos lugares hasta ti. Si es el mar, por ejemplo, busca un documental o escucha los sonidos del mar mientras cierras los ojos y piensas en buenos recuerdos asociados a estos lugares.
4. Salir de la zona de confort
El verano y las vacaciones suelen ser una época de descubrimientos y desafíos. ¿Qué tal si piensas en algo diferente cuando vuelvas? ¿Sueñas con hacer teatro? ¿O aprender a cantar, pintar o cocinar? ¿Te gustaría unirte a una asociación? Ahora es el momento de empezar. Contribuirá a tu bienestar físico y mental.
5. Tómate tiempo para ti mismo
Date un largo baño, ve a darte un masaje, lee, realiza una actividad artística… ¡o una sesión de meditación! En resumen, escucha tus necesidades y deseos. Si te resulta difícil tomarte este tiempo, planifícalo: elige un día de la semana o un momento del día (por ejemplo, todos los domingos por la mañana), márcalo en tu calendario y háblalo con tu familia y amigos. Esto te ayudará a organizarte para tener tiempo para ti. Para compartir tiempo de calidad y estar disponible para los demás, es importante sentirse bien con uno mismo. Así que cuidando de ti mismo cuidas de los demás.
6. Sonríe y ríe cada día
¡Así es! Es muy sencillo y, sin embargo, refuerza el sistema inmunitario. Cuanto más se sonríe, más se activan las áreas del cerebro que producen sentimientos de bienestar y alegría. Hay clases y talleres de la risa. Al forzarte a sonreír y reír, incluso cuando tu corazón no está en ello, activas emociones positivas en tu cerebro. Aunque se trata de un reflejo condicionado, el sentimiento de alegría que se produce es real.